Las Putas estrellas

Las Putas estrellas

Las putas estrellas las capture yo 
quiero que se vayan… y no se van
inundan mi cama… de su maldito polvo… y me dejan colmado de nauseas…
una sola cosa le daba brillo…
ahora.. son solo piedras inertes sin valor mineral incluso
Han de regresar a el, pero no se cómo desprenderlas de mi piel.
Maldita espada dañada, que sin su gema me hace vulnerable,
verde esmeralda que apaciguaba mi ansiedad, siendo reemplazada por efectos ilusorios.
Magia descompuesta, que solo hiere.
Palabras que alimentan, hechos que distorsionan,
pero lo que no he de negar, es lo que su piel y sus ojos transmiten.
Increíble sensaciones que son producto del narcótico que seduce.

Ya otro ocupa mi lugar, ya cuando todo ha quedado destruido.
Aunque no estoy seguro que tuve algun lugar
Lamento que algo tarde se dará cuenta de su error
y yo con dolor debo aceptar su retorno.
Aunque sé que no regresará a mi ni siquiera tanto como lo esperé

Juro por mi corazón que no estoy cegado por celos o dolor.
Y hoy que los efectos secundarios me han hecho débil
debo buscar otro narcótico que logre alimentarme…
pero esta vez, no dejaré que se pierda.

Esta vez, el narcótico soy yo…

Cada lagrima nueva es una estrella más capturada
confusion inunda mi cama esta vez, pues no se si devolverla o retenerla

Quedaba una. Solo una, pequeña y sencilla, con mucha luz, energía y amor.
La más valiosa de toda la constelación. Guardada en mi billetera, entregada con su propias manos,
y cargada de los mejores y más grandes deseos.

En mi corazón, esta estrella formaba parte de una única y perfecta constelación.
La realidad, es otra.
Dicha desde las propias manos que la entregaron: “la constelación está completa ahora, y ésta estrella, sobra”.

Fue así como fue sentenciada a ser una piedra inerte sin valor mineral incluso.
Muerta en su propia luz, sin energía, y sin poder de brillo.

Solo puedo decir… que cada lagrima es real, capaz de brillar e intentar hacer feliz.

Esta estrella muerta, en su centro de hielo, guardará reposo, oculta y aislada.
Hasta que ella misma, descubra su esencia, infringa su ser, y reavive su brillo.

Solo que esta vez, su corazón ya no será de piel, y efímeros. Será de acero, invulnerable, e inmortal.

Miguel Oduber